Hombre que no planificó su vida ASALTÓ a un hombre que sí planificó su vida

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"¿Por qué me asaltastes we?"

Ciudad de México.- Son las 12 del mediodía en la gran urbe de Tenochtitlán, carros yendo y viniendo, es la hora de la comida. Un hombre va en el transporte público muy tranquilo con sus audífonos bien puestos, llenos de cerilla. De pronto, siente un fierrote a un lado: es el hombre que se sentó a un lado de él apenas hace dos cuadras.

Ese hombre le está poniendo una pistola en la panzota, le dice: "dame el celular a la verga hijo de toda tu reputísima y bomba madre pendejo de mierda, wey". El de los audífonos no tiene más que ceder ante tal acto de persuasión.

Acto seguido, el asaltante se levanta del asiento y le arranca de las manos a las mujeres sus bolsas y objetos de valor. El asaltante es alguien que no planificó su vida, alguien sin educación, que está atacando a un hombre que sí estudió y que sí planificó su vida. Esta es la triste y cotidiana realidad en las calles de la CDMX.

El asaltante, que no planificó su vida, que vive al día, que le gusta andar al cien sin ningún esfuerzo, es el que no tiene para comprar un celular más o menos decente, por eso lo tiene que robar.

El asaltado, que sí planificó su vida, que organiza su dinero, que trabaja para su familia y que además ayuda a sus padres, sí tiene para ahorrar y comprar un celular que le es funcional.

Lo que hace distinta a esta historia es que el asaltado sacó un arma de fuego justo cuando el ladrón se iba a dar a la fuga, detonó la pistola en tres ocasiones apuntando hacia el cielo, y cuál sería la sorpresa de todos que el asaltante se echó a llorar en el suelo, aceptando que su arma era de juguete. El valiente que trabaja todos los días logró salvar el día para él y las demás personas que iban en ese transporte. Más historias como estas por favor.

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